Regalar ropa interior masculina puede ser un acierto total o un desastre anunciado. Ya sea en fechas señaladas (Navidad, San Valentín, aniversarios, etc.) o cualquier día por sorpresa y sin motivo (aparente), regalarle a alguien que conoces un par de calzoncillos conlleva un cierto riesgo. Por eso, y porque nos preocupa mucho que la ropa interior masculina sea siempre motivo de alegría y placer, hemos recopilado unos consejos a tener en cuenta antes de «decírselo con calzoncillos«.
¿Por qué regalar ropa interior siempre es una buena opción?
Regalar calzoncillos, a priori, es una opción ganadora por muchos motivos. De entrada, prácticamente todos los hombres usan calzoncillos. La mayoría, todos los días y durante toda la jornada. Otros, para realizar alguna actividad concreta (trabajar, entrenar, descansar en casa…). En cualquier caso, estamos ante un producto de alcance universal y de uso absolutamente masivo. Ya sería mala suerte que justo le regalases unos gayumbos chulos a alguien que nunca usa calzoncillos. Dada la ínfima probabilidad de que eso pase, no lo tendremos muy en cuenta (por ahora…). Podemos, por tanto, afirmar que al regalar ropa interior masculina estás dándole al alguien un producto útil, práctico y que puede usar en múltiples ocasiones.
Pero a parte de la utilidad del producto, hay que tener en cuenta que la ropa interior masculina también es moda. Íntima, en este caso, pero moda al fin y al cabo. Y eso quiere decir que estás regalando una pieza de ropa que puede ser atractiva, de marca reconocida, con un diseño original, de gran calidad, específica para realizar una actividad deportiva concreta, de color rojo para nochevieja, etc. La ropa interior es un regalo agradable a la vista (y, si es de calidad, también al tacto) y difícilmente provocará rechazo en la persona obsequiada. A no ser que… ¡¡TE E-QUI-VO-QUES!!
Evitemos la tragedia al regalar calzoncillos
Primer cortafuegos para evitar el numerito de regalarle a alguien gayumbos y que se nos quede mirando con cara de acelga: apuesta por los clásicos. Ya sabes, un boxer de Calvin Klein de color estándar y cinturilla con logo en contraste siempre va a gustar. Es un calzoncillo clásico de marca reconocida con, probablemente, el diseño más popular de todos los tiempos. Y es prácticamente imposible no encontrar una ocasión en tu vida en la que ponerte esos calzoncillos.
Pero si te va el riesgo y lo tuyo es complicarte la existencia, aquí van unos consejitos para no comerte el calzoncillo «original» con patatas. Lo primero es saber muy bien a quién le estamos regalando calzoncillos. Ya sea stalkeando en redes o preguntando a conocidos, informarse de qué tipo de ropa interior usa nuestro objetivo y para qué la usa, puede ser muy útil. En segundo lugar, ten muy claro para qué estás regalando ropa interior y qué quieres decir con ello: me gustaría vértelos puestos, creo que necesitas renovar el cajón de los calzoncillos, vamos a reirnos un rato con este tanga de trompa de elefante… La de cosas que podemos decir con un simple regalo, ¿verdad? 😅
Con un conocimiento mínimo de la persona a la que quieres hacerle el regalo y con el objetivo claro, solo nos queda lo más fácil (o no): elegir la ropa interior perfecta. Así que, cuadra tu presupuesto, invierte tu tiempo en encontrar lo que mejor se adapta a lo que estás buscando, déjate aconsejar por profesionales y compra siempre en sitios especializados en ropa interior masculina y moda íntima para hombre. Te aseguramos que un montón de historias han empezado regalando calzoncillos. Que sean comedias, romances o tragedias, lo dejamos para otro día…
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