Considerar la ropa interior masculina como una pieza de alta costura es algo revolucionario y arriesgado. Supone asomarse al precipicio de la valentía, al vórtice de la vanguardia. Pero José Jiménez, fundador de The Perfect Son, juega con ventaja. Es una de esas personas anclada al suelo con un hilo invisible que pasa de padres a hijos y que permite adentrarse por caminos inexplorados.
Esa hebra que involucra a las personas que nunca renuncian a un sueño es el mismo hilo que siguió Franca Sozzani en sus veintiocho años al frente de Vogue Italia. La editora italiana aireó los herméticos salones de la moda, adelantándose a todos y creando arte junto a los fotógrafos Bruce Weber y Peter Lindbergh (casualmente, dos de los fotógrafos favoritos de José Jiménez). Su itinerario vital fue recogido por su hijo Francesco Carrozzini en el documental «Franca: Chaos & Creation» (Francesco Carrozzini, 2016).
José, al igual que Francesco, defiende un legado: un viaje que nunca termina. Y es que The Perfect Son nace de una ausencia. El padre de José, zapatero de profesión, murió cuando él era un niño. Treinta años más tarde, su hijo enhebró el hilo que los unía, el mismo ovillo de Franca y Francesco, para crear sin imposiciones externas. Volcó su dilatada experiencia en el mundo de la moda en su proyecto más personal, inculcar fascinación a una prenda olvidada en las pasarelas. Elevar la ropa interior masculina a una nueva dimensión.
Y lo ha conseguido. Bajo el paraguas de la Pop Up Gallery, los diseños de The Perfect Son han desfilado en la 080, la semana de la moda de Barcelona 2020.
The Perfect Son: cuando la belleza encuentra la elegancia
La idea de confeccionar, posiblemente, los mejores boxers del mundo es vertiginosa. Y sin embargo, el resultado no puede ser más satisfactorio. Fundamentalmente porque el compromiso con la calidad de The Perfect Son es férreo. Confeccionados con el mejor algodón, estudiando cada detalle al milímetro: botón de nácar australiano, banda elástica de cintura a base de microfibras libres de látex, tejidos cortados con tijera y cinturilla abierta ajustable con cruce sastrero de brageta, sin presillas visibles ni costuras laterales… los boxers de The Perfect Son transmiten sofisticación y comodidad tan solo con mirarlos.
Hablamos con José Jiménez para compartir su visión sobre su hijo pródigo: una marca destinada al front row de la elegancia.
Tu trayectoria en el mundo de la moda no se circunscribía precisamente a la ropa interior masculina. ¿Qué es lo que te hizo apostar por ella?
He trabajado en muchas empresas diferentes toda mi vida, algunas low cost y otras menos. Todas tienen algo en común: es imposible tener el control total del diseño, la calidad, la fabricación y todos los procesos. Todo va demasiado rápido, no tienes tiempo para pensar, tienes que poner cosas nuevas en la tienda cada semana.
La ropa interior siempre me había fascinado y pensé que la mujer sí tenía esa prenda interior “alta costura” para cada momento con la que sentirse especial. En cambio el hombre no y decidí hacer algo diferente.
Quería crear un proyecto que aunara moda, sentimiento y emociones: una marca innovadora y atrevida que se diferenciara de las demás por el amor al detalle y la pasión. Quería hacer un producto que abriera una nueva dimensión a la confianza, hecho por y para gente con seguridad y valores. Una manera de afianzarnos desde lo más íntimo, para crear momentos memorables con personas inolvidables.
El proceso artesanal de creación de cada boxer de The Perfect Son es arriesgado y en cierta medida revolucionario. ¿Has tenido la sensación de remar contra corriente?
Estamos en un momento que tenemos que ir contra corriente, siguiendo la corriente ya hay mucha gente con la que no se puede competir. Es muy satisfactorio crear algo y poder dedicarle el tiempo que necesita. Escuchar a los profesionales sobre cómo mejorar las cosas. Cuando explicas lo que es The Perfect Son todo el mundo se involucra, la gente tiene ganas de hacer las cosas bien.
El cliente es otro mundo. No puedes gustar a todos o muchas veces no están dispuestos a pagar más por un producto hecho a mano pero siempre hay alguien que busca cosas especiales y únicas. No estamos acostumbrados a pagar lo que valen las cosas. Por eso en la cadena siempre hay alguien que sale perjudicado. En mi caso lo tenía claro. Quería mano de obra artesanal y ofrecer la máxima calidad sin salir de España. Confeccionar cada boxer a mano, uno a uno, con el máximo cariño y profesionalidad, sin estar pendiente del tiempo. Evidentemente, eso tiene un precio.
Disfruto viendo como disfruta la gente que trabaja en el proyecto. Mi objetivo vital es trabajar sin perjudicar a los trabajadores. Todos mis proveedores tienen que tener beneficios.
¿Crees que decidirse por la sostenibilidad y por devolver al sastre (a la persona que crea artesanalmente) su rol fundamental en el proceso de confección puede comenzar a conectar con un público concienciado y exigente?
Si, por supuesto, mi objetivo es conectar con esa gente con un nivel de exigencia alto y afortunadamente cada vez hay más personas así.
La gente de mi edad tenemos la suerte de venir de familias sostenibles. Ahora parece una moda pero solo hay que retroceder en el tiempo para sentir que nuestras abuelas, nuestras madres … no tiraban nada. Con la comida que sobraba se elaboraba otra para el día siguiente. La ropa y los libros de tus hermanos mayores pasaban a los más pequeños. Los camiones de fruta y verduras de los campos cercanos llenaban las pequeñas tiendas de los barrios.
En The Perfect Son yo estoy detrás de prácticamente todo el proceso: diseño, patronaje, corte y confección. Reconozco la importancia de confeccionar aquí, de conocer quién y cómo hace mis prendas y por supuesto de la importancia de la responsabilidad con la fabricación local y sostenible. Huyo de las tendencias de usar y tirar e intento hacer que cada una de las piezas sean pequeños tesoros que puedan prolongarse con el tiempo. Pienso en el presente pero sobre todo en lo que vamos a dejar como herencia a las siguientes generaciones.
Un boxer de The Perfect Son seduce a la vista, al tacto… pero también al olfato ya que vienen envueltos con una fragancia distinta según el modelo ¿Cómo se te ocurrió asociar aromas a cada boxer?
Como dije antes, quería crear un proyecto que aunara moda, sentimiento y emociones. Ahí están los olores: uno de mis juegos preferidos de infancia era averiguar olores con los ojos vendados.
Soy de Elda (Alicante) y me crié junto al campo, las montañas y el mar. El olor es algo que me transporta. Muchos recuerdos de mi infancia están asociados a olores: el aroma a cuero que desprendía mi padre cuando me abrazaba, el olor a mandarina que quedaba en mi casa tras la merienda, el romero secándose en la galería de casa… Enseguida asocié estos olores a cada uno de los diferentes modelos. Utilizo aromas puramente mediterráneos (lavanda, jazmín, romero, tomillo…). De este modo, cada vez que nos ponemos un boxer de The Perfect Son, puede revivirse el placer del primer día indefinidamente.
Aon sólo boxers o hay tambien slips?
Hola Jorge.
Como puedes comprobar en la página web de The Perfect Son, actualmente confeccionan boxers y camisetas.
Un saludo.
Guauuu. No sabía que aquí hubiese una propuesta tan interesante. Dónde se pueden comprar?
Hola Carlos. Puedes comprar los calzoncillos The Perfect Son en: www.theperfectson.com.