¡Voy a lavarme los gayumbos! ¡Tengo que renovar mis calzoncillos! ¡El rojo es mi slip de la suerte! ¡Para dormir solo uso boxers! Aparte de para denominar distintos estilos de ropa interior para hombre, utilizamos varias palabras al referirnos a la ropa interior masculina. Pero… ¿alguna vez te has preguntado de dónde provienen los términos con los que aludimos a la ropa interior?
Calzones… ¡están locos estos romanos!
Pues sí, como casi siempre tenemos que acudir al latín. El vocablo calzoncillo (o calzoncillos) proviene de la voz latina calceus. Una suerte de prenda de vestir que se ajustaba al talón y que tras las invasiones bárbaras acabó convirtiéndose en una especie de vestimenta poco holgada que cubría desde la cintura a los pies. En el siglo XVI, y tras varias centurias en las que su uso se popularizó sobremanera, se dividió en dos partes. Una inferior (del pie a la rodilla) llamada calceta y de donde derivan los calcetines y una superior que se situaba entre el abdomen y los muslos y que se apellidó indistintamente calzón o calzones. De ahí nuestra peculiar manera de nombrar a la ropa interior. El calzoncillo hunde sus raíces etimológicas en la antigua Roma -¡SPQR!-, se pasea por la Edad Media como indumentaria higiénica larga y, después del Renacimiento, comienza a parecerse a lo que tenemos hoy en día en nuestro cajón del armario.
Slip, boxer y calzón largo: lucha de calzoncillos
No obstante, con el paso del tiempo y recién iniciada la segunda mitad del siglo XIX, el calzón (en el mundo anglosajón) pasó a convertirse en una prenda interior que cubría todo el cuerpo confeccionada fundamentalmente con franela (Union Suit). Ropaje que paulatinamente será sustituido por el calzoncillo largo o Long John. Y en ese mundo anglófono tenemos que buscar el origen de las palabras slip y boxer.
Los calzoncillos slip, ajustados y cortos comienzan a despuntar a finales del siglo XIX y la palabra española con la que nos referimos a ellos proviene del anglicismo slip, verbo que hace referencia a la acción de deslizar y que remite al gesto de ajustar y colocar la prenda en la cadera y los glúteos.
¿Y cuál es el linaje de los boxers y por qué los llamamos así? Los calzoncillos boxer se mostraron al mundo en el Lower East Side de Nueva York en la segunda década del siglo XX. Emulando los pantalones cortos de los boxeadores, se presentó en sociedad una prenda parecida con la que se saltaba al ring con banda elástica de cintura y sin estar compuesta por el cuero de los shorts de los púgiles. Décadas después -ya en los años 80 y 90- boxer y slip se fusionaron en lo que se conoce como trunk, boxer corto o mini boxer.
Gayumbos: el toque del Sur
El primer rastro de la palabra gayumbo en algún diccionario de lengua castellana está fechado en 1905. Aunque es una hipótesis plausible pero no demostrada totalmente, la denominación de gayumbos a los calzoncillos está emparentada con un arbusto de flores amarillas y fragancia agradable que en el sur de España se conoce como gayumba o retama de olor.
De manera irónica, los habitantes de esas latitudes comenzaron a referirse a la ropa interior usada que desprende un olor desagradable como gayumbos ya que un ramillete de gayombas podía combatir de manera eficaz su fragancia irritante.
Mención especial requiere el vocablo tanga. Esta prenda, de uso extendido ya indistintamente entre hombres y mujeres, remite en su denominación a la palabra angoleña ntanga que era el nombre del paño que atado en la cintura cubría los genitales de la población aborigen autóctona. Y que salta a las costas de Brasil donde los tupí los utilizaban con frecuencia cuando los portugueses los conquistaron. Y es que como apuntaban los Chemical Brothers… ¡It began in Afrika!
- Imágenes: Andrew Christian, Xtremen, TEAMM8, Marcuse Swimwear, Walking Jack, Cover Male