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Phil Dlab: el gremio de los (jóvenes) modelos atléticos

Cualquier aproximación a la fotografía de desnudos masculinos ha sido una suerte de tránsito indefinido entre la polémica, el valor estético y el manteo de conciencias. Toca abandonar la noche del pasado para recrearnos en las mañanas del presente. La propuesta del fotógrafo Phil Dlab (Bratislava, 1977) condensada en el libro "Nothing to hide" (Salzgeber, 2021) es una interesante reordenación de varios elementos icónicos de nuestro tiempo: la juventud, la seducción y la exposición pública (y púbica). Un ejercicio, en apariencia inocente, que precipita en unas imágenes que buscan lo puro, encuentran lo auténtico y se proyectan hacia lo perdurable con ímpetu atlético.

El arte de Phil Dlab echa sus raíces en un cometido (fotografiar desnudos masculinos) que siempre ha estado veteado por la polémica, la controversia y la censura. A ese estigma no pudo escapar Bob Mizer, una influencia confesa en el cuerpo artístico del fotógrafo eslovaco, ni Robert Mapplethorpe cuyos ecos espejean entre las luces de «Nothing to Hide» (Salzgeber, 2021). El primer libro de Phil Dlab no podría estar mejor titulado: no hay nada que esconder. Ya no.

Phil Dlab Photography
Kristian ©Phil Dlab

Y es que los muchachos retratados en él (con una horquilla de edad situada entre los 18 y los 25 años) se muestran sin sofisticación ni artificio. Con semblantes robados por una cámara, testigo circunstancial de sus movimientos, que caligrafía su atractivo sin añagazas ni escenografías epatantes. Nada tienen que esconder los jóvenes retratados por Phil Dlab ni nada tiene que ocultar su autor que nos invita a participar de una galería (auténtica y real) de cuerpos masculinos sin anabolizantes ni retoques. Tanto en su propuesta (valiente y bien configurada) como en su ejecución, el aroma de libertad segrega su fragancia.

Phil Dlab Nothing to Hide
Lukas ©Phil Dlab

Moverse con sigilo en el pantanoso terreno de la masculinidad, la juventud y la desnudez requiere de una destreza, bien afinada, asentada en el respeto y la sensibilidad. La mirada de Phil Dlab no solo refuerza esa deferencia. Sus instantáneas, reformulando y renovando las claves de lo vintage, son un reflejo honesto de su intención: envolvernos en un desafiante juego en el que desarbola la seducción para quedarse con su esencia.

Phil Dlab: in the mood for nude

A medio camino entre dos paisajes (geográficos y existenciales), la mirada de Phil Dlab se ha configurado en Canadá y en Eslovaquia. Dos realidades diferentes que se entremezclan en sus ideas y reflexiones. Un cautivador baile de latitudes que impregna sus imágenes y las respuestas a las preguntas que le planteamos.

Queer Photography
Andrew ©Phil Dlab

¿Cuándo y cómo comenzó tu interés por la fotografía?

La semilla de mi pasión por la fotografía se plantó cuando tenía seis años al coger la cámara fotográfica de mi padrastro y realizar mi primer retrato. Me impresionó la apariencia sofisticada y el aire de alta tecnología de la cámara. Pero me fascinó aún más cuando levanté la cámara y miré a través de su visor. Estaba hipnotizado por el mundo onírico y el paisaje enmarcado que estaba viendo. Era como si llevara unas «gafas de cerveza» (como si me instalara en ese momento en el que todo nos parece más atractivo después de tomar varias cañas) sin haber bebido alcohol.

Después de dar mucho la tabarra, conseguí mi primera cámara en mi décimo cumpleaños y pasé la mayor parte de mi adolescencia hasta los veintipocos años pegado a una cámara de vídeo. Mis amigos sabían que dondequiera que fuera, la cámara iba conmigo. Me convertí en una especie de documentalista compulsivo o «vlogger». Aún no habían aparecido las cámaras en los teléfonos ni las redes sociales.

Male Photography Phil Dlab
Lukas & Andrew ©Phil Dlab

¿De dónde surgió la convicción de que el desnudo masculino -uno de los elementos centrales de tu arte- iba a marcar tu proceso creativo?

Cuando la gente me pide un consejo sobre cómo empezar a fotografiar les digo que simplemente fotografíen algo que les apasione. Así, independientemente de la calidad del equipo o de la técnica que estén usando, es mucho más probable que consigan una buena toma. Cuando fotografías algo (o a alguien) que realmente te gusta, es casi imposible equivocarse. Por eso creo que es muy útil fotografiar con pasión y con mucho entusiasmo.

Creo que soy una persona poco convencional en el sentido de que tengo muchos intereses, pasiones e incluso obsesiones fuertes. No me aburro pronto. Y dos de estos intereses u obsesiones son la fotografía y los hombres desnudos.

Fotografiar desnudos masculinos es algo con lo que he soñado despierto desde que era niño. Pero me costó mucho darme cuenta de que en realidad era algo que podía hacer para ganarme la vida. Siempre me he preguntado cómo se lo montaban otros fotógrafos: Bob Mizer, Robert Mapplethorpe o Bruce Weber.

Fueron los aspectos sociales relacionados con la fotografía (más que los detalles técnicos) los que me resultaron difíciles de comprender. De alguna forma soy valiente y confiado pero también puedo ser extremadamente tímido. Especialmente cuando se trata de tener una cita o de preguntarle a un chico si estaría interesado en posar desnudo.

Phil Dlab Male Photography
Dominic ©Phil Dlab

¿Qué idea subyace detrás de «Nothing to hide» (Salzgeber, 2021)?

Si pudieras despojar de sus túnicas a reyes, reinas y otras personas importantes con una aspiradora gigante perderían inmediatamente la autoridad y el estatus que ostentan. Quizás, esa es la forma más sencilla y rápida de lograr la igualdad.

Mis temas favoritos sobre la condición humana son el autodescubrimiento y el desenmascaramiento. Creo que es innecesaria la ingente cantidad de energía que se necesita para fingir ser quienes no somos, para construir nuestra «imagen pública». Usamos una «máscara»: ya sea a través de la ropa, el maquillaje o la autocensura. Y sin embargo, la mayoría de nosotros lo hacemos la mayor parte del tiempo. Quizás el sentimiento más eufórico y liberador que uno pueda tener aflora cuando finalmente te quitas la máscara y te permites ser más humano.

Las personas enmascaradas (vestidas) tienen algo que ocultar; las personas desenmascaradas (desnudas) no tienen (tanto) que esconder.

Phil Dlab Fotógrafo
Samuel ©Phil Dlab

En «Nothing to hide» capturas, de manera casual, el atractivo sexual de los hombres que fotografías. ¿Cómo te las arreglas para crear una atmósfera en la que ellos se sientan cómodos y relajados?

Las sonrisas más hermosas que he fotografiado han sido completamente accidentales y espontáneas. Mi objetivo como fotógrafo es ser olvidado por el sujeto que retrato, desaparecer y pasar desapercibido. Pretendo esbozar un documental sobre la naturaleza donde el animal a seguir es el animal humano. A veces disparo la cámara desde la distancia, desde la perspectiva de un curioso mirón que ve a un hombre desnudo.

Es cierto que paso una cantidad considerable de tiempo planificando y preparándome para mis sesiones de fotos. Pero mi fotografía no requiere de mucha dirección o actuación. Sobre todo dejo que las personas se sientan ellas mismas y «hagan lo suyo». Si un modelo es futbolista, le doy una pelota. Si es boxeador, le doy guantes. La mayor parte de mi planificación y preparación gira en torno a generar confianza, a empatizar con los chicos que fotografío y a encontrar lugares y situaciones en los que es más probable que ellos se sientan cómodos y relajados.

Phil Dlab Fotografía desnudos masculinos
Danko ©Phil Dlab

También podemos disfrutar de tu arte fotogáfico en Bodytorium: una página web con un modelo de suscripción. ¿Qué tipo de comentarios has recibido desde que la lanzaste?

Casi todos los comentarios que recibo de los suscriptores y visitantes de Bodytorium son muy positivos y alentadores. En pocas ocasiones recibo alguna queja y estoy encantado de que mi audiencia parezca estar en sintonía conmigo. Todo el feedback recibido refuerza la impresión de que la locura que creé tiene un sentido.

De hecho, el requerimiento más común que recibo es la de hacer más fotos de un modelo en concreto. También tengo todo un amplio abanico de solicitudes: más primeros planos, más hardcore, más vídeos, menos vídeos, más de lo mismo («sigan con el buen trabajo, no cambien nada»), que los modelos se tiren más del prepucio, que haya tipos más musculosos , que haya chicos más mayores, que fotografíe a los hombres con estilos específicos de ropa interior… Después de crear Bodytorium me di cuenta muy pronto de que no podría complacer todos los gustos y que mi objetivo no era tratar de seducir a tantas personas como fuese posible. Creo que mi fotografía es atractiva porque es única. Yo la veo como un «nicho de mercado».

También recibo comentarios presionándome para que mi contenido sea más duro y admito que a veces estoy un poco tentado de traspasar los límites. Pero siempre rechazo esa presión y me mantengo firme en mi intención de mostrar a los hombres desnudos en un contexto no pornográfico. Creo que eso es más excepcional y atrevido.

¿Crees que las redes sociales, con su censura disfrazada de norma comunitaria, están afectando a la forma de entender el arte contemporáneo?

No creo que las redes sociales entiendan de responsabilidad social. Las personas que están detrás de las redes sociales no tienen intenciones altruistas o nobles. Todo en ellas está impulsado para maximizar las ganancias y los beneficios. Objetivo que no es muy compatible con el apoyo al progreso social, los intereses minoritarios o el arte contemporáneo. Así que creo que la cosa va a ir a peor antes de que despunte algo mejor. No creo que estemos en un punto sin retorno o que la situación sea desesperada. Estoy convencido de que, con el tiempo, surgirán nuevas plataformas más óptimas para el arte.

The naked king

Portada Nothing to Hide Phil Dlab

Nothing to Hide (Young Men From Slovakia)
Phil Dlab (Salzgeber, 2021)

Sam Wagstaff se refería cariñosamente a su pareja (el fotógrafo Robert Mappelthorpe) como «mi pornógrafo tímido». Y no sería desacertado, tras recrearse en las 150 imágenes que conforman «Nothing to hide» reformular el apelativo de Sam para señalar a Phil Dlab como «nuestro osado fotógrafo tímido». Y es que el arrojo (y el alcance) de la propuesta del artista eslovaco, compactada en su rutilante primer libro, se puede pesar a toneladas.

Configurando lo que podríamos denominar el nouveau vintage, «Nothing to hide» redimensiona la herencia de Bob Mizer desde un posicionamiento que recuerda a la nouvelle vague. Ya que, a través de unas instantáneas que van desbrozando emociones de manera relajada (a lo Marco Berger) se pasean por sus páginas el afán por la indagación artística de la verdad humana (transmutada, aquí, en los cuerpos desnudos) y la labor del fotógrafo por exponerla con la mayor sinceridad posible. Despojándola de cualquier artimaña.

Los parágrafos que abren cada bloque del libro (con una pequeña biografía sobre la persona retratada) ahondan en la dimensión de autenticidad de las imágenes. Y vertebran una orografía sentimental, la de la primera obra publicada de Phil Dlab, trazada con aspiración documental y apartada del oropel y los filtros. GUSTAVO FORCADA

  • Phil Dlab | Instagram
  • Editorial Salzgeber | Web
  • Bodytorium | Web
  • Imagen de cabecera: Lukas & Andrew ©Phil Dlab

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