Le revista Elska celebra este mes su sexto aniversario. Durante estos seis años (y 33 números) han pasado por sus páginas una amplia y diversa representación de hombres «perfectamente imperfectos» que con sus historias y sus imágenes pulsan la situación de la comunidad LGTBIQ+ de infinidad de ciudades.
La selección de urbes (a una por número) de Elska incluye localidades donde lo queer se desenvuelve en un clima más o menos benévolo como Berlín, Ámsterdam o Sídney, pero también algunas en las que resulta menos sencillo el día a día de la comunidad LGTBIQ+ como Kuala Lumpur, Varsovia, o Dhaka. El objetivo: mostrar que las personas queer existen en todas partes; independientemente de los desafíos a los que se enfrentan según las coordenadas geográficas.
Los hombres que eligen hacernos partícipes de sus cuerpos e historias en Elska comparten el mismo anhelo: amar, ser vistos y ser libres. Cada número de la revista nos presenta a una docena de oriundos de diferentes edades, tipos de cuerpo y orientaciones. Saltándose la normatividad y ofreciéndonos de manera sincera un concepto de aceptación que dinamita la concepción estándar de belleza.
Cumpleaños total: la revista Elska en su sexto aniversario
El fotógrafo y editor jefe de Elska, Liam Campbell, hace balance de la trayectoria del magazine: “Cuando empecé con Elska todo lo que quería era combinar dos de mis pasatiempos favoritos: los viajes y la fotografía». «Me pertreché con mi cámara, me subí a un avión e intenté buscar a hombres para fotografiarlos mientras visitaba su ciudad. A todas las personas que conocí las encontré interesantes y hermosas. Pero cuando publiqué los resultados en lo que se convirtió en el primer número de Elska –Leópolis (Ucrania)– supe que no todo el mundo compartía mi visión. A muchas personas, los hombres que retraté les parecían aburridos e incluso feos». Las criticas feroces al mítico primer número de la revista fueron compensadas por un aluvión de mensajes de hombres que se reconocían en esas imágenes y por personas que ganaron en confianza y autoestima.
Si bien la pandemia ha complicado la publicación de una revista tan dependiente de los viajes, con una planificación cuidadosa, la pauta vacunal y un cargamento de mascarillas, Elska ya prepara sus dos próximos destinos: una ciudad del sur de EE.UU. y una ciudad africana (la segunda de ese continente en su catálogo).
Aunque el magazine Elska puede entenderse como un libro de arte coleccionable, los seguidores acérrimos y los curiosos pueden adquirir también suplementos adicionales (Elsa Ekstra) con infinidad de escenas e imágenes no incluidas en los tomos principales.
Motivo de alegría e hilo de esperanza en una sociedad digital que homogeniza a velocidad de crucero, tan solo podemos desear bien alto y fuerte: ¡larga vida a Elska!