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Richard Kranzin: la mirada desnuda

Apoyarse en la melancolía para decodificar los enigmas de la belleza, despojar de triquiñuelas la representación gráfica del desnudo masculino y (re)encuadrar enfoques clásicos sobre la anatomía de los hombres como tabla de salvación en la marejada digital que inunda nuestros días. La obra fotográfica de Richard Kranzin (Berlín, 1990) juega en una división de lujo con un tridente capaz de golear a la hipersexualización y al mercantilismo en los que se parapetan la inmensa mayoría de las imágenes de hombres ancladas en la desnudez. El recién publicado "Nudes" (Salzgeber, 2021) es el acta arbitral -compuesta de una dedicada y tranquila sucesión de retratos- de un fotógrafo que va camino de convertirse en crack. Partido a partido.

Las historias que compone Richard Kranzin precipitan en dos ámbitos -la fotografía y el cine- tan cercanos y (con sus diferencias) tan unidos que resulta complicado separar. Si sus fotografías son una suerte de haikus visuales impregnados de una belleza cruda, sus incursiones cinematográficas se pasean por el alambre de la búsqueda de la belleza sin caer en el abismo de la afectación. Y es que, la obra del fotógrafo berlinés se asienta en esa determinación recurrente: perseguir el encanto (signifique lo que sea que signifique).

Fotografía Richard Kranzin
©Richard Kranzin

«Nudes» (Salzgeber, 2021) es el segundo libro publicado de Richard Kranzin. Tras un espectacular (y, lamentablemente, agotado) «Boys in nature« (Project Ten Arts, 2018) el papel vuelve a aliarse con la mirada pura, analógica y protectora de un joven fotógrafo que comenzó trasteando con la cámara en las sesiones fotográficas a las que acudía como modelo y ha acabado excavando una ruta de acceso a la vulnerabilidad que se entrelaza, esquiva, en el concepto de masculinidad.

Fotografía artística queer
©Richard Kranzin

Los desnudos masculinos compilados en «Nudes» están recubiertos de la crudeza analógica que cauteriza la sobreexposición digital en la que vivimos inmersos. Sin filtros, sin retoques, en carne viva. Así nos muestra Richard Kranzin las avenidas de piel y las esquinas trémulas de los cuerpos de los hombres retratados en «Nudes«.

Richard Kranzin: Berlín, ciudad abierta

Nacido pocos meses después de la caída del muro de Berlín, la trayectoria artística de Richard Kranzin está jalonada por hitos fronterizos consistentes y honestos. Delimitando un terreno propio en el que, irrigado por el ojo mágico de Herbert List, cultiva una sensualidad desbordante y un tacto exquisito para capturar instantáneas intemporales de una hermosura expansiva. Richard contesta a nuestras preguntas desde la capital alemana: crisol de identidades y reactivo cultural a la ortodoxia normativa.

Richard Kranzin Retrato
Richard Kranzin: retrato

¿Cuál es el primer recuerdo que tienes respecto a la fotografía? ¿Tu interés por la fotografía nació en paralelo con tu fascinación por el cine?

Mi primer interés fue el cine o, mejor dicho, la producción cinematográfica y mi pasión por actuar. Esa fascinación comenzó cuando era niño y continuó durante mi adolescencia. La fotografía comenzó a conquistar mi mente cuando tenía 17 o 18 años. Ahí me di cuenta de que también podía contar historias o transmitir emociones con imágenes estáticas. Pero hasta que no desarrollé mi propia carrera de modelo no comencé a hacer fotos más profesionales. Estamos hablando de 2011. Yo tenía 21 años. Así que la fotografía me conquistó ya hace diez años. ¡Guau!

Richard Kranzin Photography
©Richard Kranzin

En tus fotografías captas el desnudo masculino desde una postura que echa raíces en la aproximación clásica a la representación del cuerpo masculino y que desprende una sensualidad abrumadora. ¿Llegas a esa postura por intuición o como resultado de un proceso estudiado y reflexivo?

Para ser honesto, llegué por intuición. Años después sentí una gran conexión con fotógrafos de la primera mitad del siglo XX, como Herbert List. Y ahora siento que es mi deber mantener vivo ese enfoque clásico. Quizá, también, porque soy un poco nostálgico.

Nudes de Richard Kranzin
©Richard Kranzin

En tu primer libro: «Boys in Nature»la naturaleza que envuelve a tus modelos los dota de una pátina de pureza extraordinaria. En «Nudes», los paisajes son las paredes blancas y las habitaciones vacías. ¿Cómo abordas los dos tipos de sesiones fotográficas? ¿En cuál surgen más complicaciones?

Me alegro de que la pureza de «Boys in Nature» se transmita tan bien. Fue mi primer proyecto de desnudos masculinos. Creo que tuve mucha suerte con la elección de modelos y la recepción del libro. Montar una sesión fotográfica en la naturaleza siempre es difícil. Depende del clima y de la luz natural. También se necesita mucho tiempo para llegar a lugares silenciosos y apartados donde el modelo pueda sentirse libre. Así que todo el proceso fue un proyecto intenso que consumió mucho tiempo. En cuanto comencé a trabajar en la industria del cine, mi agenda se quedó sin huecos. Quería encontrar formas de fotografiar la misma pureza y delicadeza de una manera mucho más sencilla. Fotografiar en interiores me pareció una buena opción. No dependía de las estaciones ni del clima. De hecho, muchas de las fotografías de «Nudes» se hicieron en invierno.

Fotografía Blanco y Negro Gay
©Richard Kranzin

Tus fotografías muestran como la vulnerabilidad es una capa más de la masculinidad. ¿Cómo vives el contraste entre un acto tan íntimo y solitario como tu arte fotográfico con tu otra vertiente creativa como director cinematográfico, un acto creativo mucho más colaborativo y participativo?

Si te soy honesto te diré que no veo mucha diferencia. Hay muchos tipos de directores pero mi enfoque, como director de cine, es considerar que mi tarea es una suerte de inmersión en los personajes y en la historia al tiempo que intento que los actores y las actrices comprendan las claves y vibraciones del texto. Mi trabajo es ayudarles a encontrar su personaje; se trata de crear emociones. Un director debe generar confianza en los actores y las actrices.

Mi aproximación a las sesiones de fotos con mis modelos es realmente similar. El proceso de fotografiar y la comunicación con los modelos en una sesión de desnudos son tan participativos como el trabajo en un set de filmación. La única diferencia en la película es que hay muchas otras personas involucradas que también necesitan entrar en la onda. Así que, como director de cine, necesito explicar mi visión en muchas más direcciones. Lo cual es bueno porque me encanta trabajar con un equipo a mi alrededor.

Richard Kranzin fotógrafo alemán
©Richard Kranzin

Las redes sociales marcan mayoritariamente la manera de entender la representación del cuerpo masculino hoy en día. Tu arte, una suerte de poesía visual, revienta ese concepto. ¿Cuál es tu relación con las redes sociales?

Especialmente en mis primeros años como artista, hace casi una década, las redes sociales parecían ser lo más importante. Estoy muy feliz de que hoy en día ya no me preocupen demasiado. Son una forma genial de mostrar partes de mi trabajo pero, a día de hoy, las uso principalmente para encontrar caras nuevas.
A veces me preocupa que las redes sociales hagan que las personas olviden cómo comunicarse y cómo ser ellas mismas en la vida real. No me gustan las «identidades digitales falsas» y a veces percibo que muchos jóvenes están atrapados en esas identidades con sus perfiles en línea.

Human behavior

Nudes de Richard Kranzin

Nudes
Richard Kranzin (Salzgeber, 2021)

Si tal y como indica Richard Kranzin en el prefacio, el propósito de los (excelentemente editados) 104 retratos que componen «Nudes» es «desmantelar todas nuestras fachadas» construidas tras la representación homogénea de la masculinidad, la misión está cumplida. De manera sobresaliente: desbrozando artificios y emparentándose con una permanente indagación acerca de la belleza. La desnudez entendida como una aproximación a las costuras de la sensualidad. Un cuerpo masculino sobre una pared desabrigada. Luces y sombras, en un baile infinito, reflexionando sobre nuestra existencia y nuestro comportamiento.

Imbricando arte y vida (a la manera de los neorrealistas italianos) y reflexionando sobre el concepto de indefensión y desprotección, las imágenes de «Nudes» van configurando un horizonte emocional al que es difícil resistirse. Invadidos por la dictadura digital, la cadencia imperfecta y viva de la fotografía analógica planea (sin frialdad) sobre esta obra (reflexiva y hermosa) como una letanía irreverente y atrevida.

Orquestada a partir de un ritmo sencillo (la aproximación con ribetes clásicos a la desnudez masculina), la dimensión sinfónica de «Nudes» alcanza su cénit en la mirada directa e intuitiva de un fotógrafo que con solo 30 años ejecuta un acercamiento al epicentro del concepto de masculinidad con una honestidad brutal. GUSTAVO FORCADA

  • Richard Kranzin| Instagram
  • Editorial Salzgeber | Web
  • Imagen de cabecera: Composición a partir de dos imágenes de «Nudes» ©Richard Kranzin

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