Los estudios científicos no dejan lugar a la duda: los beneficios de la vitamina D son imprescindibles para el normal funcionamiento de nuestro organismo. Además, ya ha quedado establecida la relación entre los niveles de vitamina D y su implicación en el retraso de los mecanismos que activan nuestro envejecimiento. Un nivel óptimo de colecalciferol (el nombre exacto de la vitamina D3) permite retrasar el impacto del paso del tiempo en nuestras células.
Así que no podemos permitirnos unos niveles bajos de esta vitamina tan preciada y escasa (relativamente). Preciada porque la vitamina D aparece en nuestro organismo como una prohormona que requiere de otros factores -mayoritariamente de la exposición a la luz solar– para ser sintetizada como hormona y poder disfrutar de sus beneficios. Y escasa porque pocos son los alimentos que nos aportan una elevada cantidad de la misma. Si eres vegano tu mejor opción son los champiñones y las setas en general. Si en tu alimentación los productos de origen animal tienen cabida, el salmón, el atún, la sardina, el bacalao y los huevos no pueden faltar en tu dieta semanal para asegurar un aporte óptimo de vitamina D.
Beneficios de la vitamina D: resultados palpables
No es de extrañar que en los climas fríos y con pocas horas de luz solar el déficit de vitamina D sea un problema serio de salud pública ya que fundamentalmente los niveles óptimos de esta sustancia contribuyen a:
La mejora de la salud ósea
Su papel en la absorción de calcio y fósforo es fundamental. Así que su presencia es necesaria para el desarrollo y el mantenimiento de unos huesos y dientes sanos y fuertes.
El refuerzo del sistema inmunológico
Si conseguimos mantener una buena cantidad de vitamina D en nuestro organismo el sistema inmunológico, fundamental para menguar la afectación de virus y bacterias se ve reforzado de manera exponencial.
La optimización del funcionamiento cognitivo
Además de relacionarse con la presencia de serotonina, dopamina y (nor)adrenalina, los últimos estudios médicos apuntan a que la vitamina D mejora la supervivencia de las neuronas y es fundamental para retrasar la decadencia de las funcionalidades cognitivas.
Vitamina D + deporte + alimentación sana: la ecuación perfecta
Es especialmente recomendable que junto con el mantenimiento de un cantidad óptima de vitamina D (fomentado por nuestra dieta y nuestro paseo bajo el sol) incorporemos a nuestra rutina diaria el ejercicio. No ya por razones estéticas (que también, para quien las quiera) sino porque desarrollar y fortalecer nuestros músculos va a permitir que segreguemos miocinas, unos compuestos moleculares indispensables para nuestro bienestar y nuestra salud. De hecho, una de las miocinas más estudiadas (el factor de crecimiento derivado del cerebro) influye directamente en el mantenimiento fortalecido de nuestras capacidades cognitivas.
Suplementos vitamínicos: ¿qué cantidad es la adecuada?
En principio, ayudarnos de suplementos para poder conseguir vitamina D (recordemos que en el caso de los veganos solo podrían hacerse con ella a través de los champiñones y setas) no debería suponer ningún problema. La mayoría de preparados (sintetizados de manera natural y presentados mediante comprimidos concentrados) están pensados para ser ingeridos a razón de una cápsula al día. Para las personas que no presentan déficits agudos de vitamina D tendría que ser suficiente. No obstante, siempre conviene consultar con tu médico de confianza ya que puede prescribirte análisis de sangre adicionales para obtener eficazmente un conocimiento exacto de tus niveles de vitamina D. Recuerda que un exceso de la misma (aunque no sea algo muy frecuente) puede derivar en problemas de hipercalcemia, por ejemplo. Así que no está de más conocer realmente tus niveles de esta vitamina tan necesaria.
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